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Monet, Van Gogh y Degas le deben parte de su fama a sus problemas de visión

Las dificultades para ver bien fueron aprovechadas por los pintores para dejar su propia huella artística.

MONET. Este cuadro lo repitió varias veces y las versiones difieren mucho debido a sus problemas de vista.


Desde chicos hemos escuchado que hay que convertir nuestras debilidades en fortalezas. Las limitaciones que se puedan tener físicas o de capacidades hay que usarlas en favor de uno para destacarse. La historia da cuenta con varios ejemplos de eso, casos que pueden servir de inspiración.

En el mundo de la pintura un problema de visión podría suponer una auténtica adversidad, pero para algunos de los artistas más icónicos del impresionismo fue esa dificultad, al menos en parte, la que los hizo pasar a la historia. Tanto los franceses Claude Monet y Edgar Degas como el holandés Vincent van Gogh tuvieron alteraciones en la vista de las que se supieron aprovechar.
Uno de los rasgos distintivos de Monet fue difuminar los perfiles en pinceladas, dejándolos más borrosos. Si bien es una de las principales características del impresionismo, en realidad esta técnica se debía al avance de las cataratas que empezó a padecer pasados los 60 años.

A partir de 1908, el estilo impresionista de Monet se acentuó debido al avance de su enfermedad visual. El francés veía borroso pero además sufría xantopsia, un desorden visual que hace ver en tonos amarillentos, por lo que dejó de usar algunos otros colores como el violeta o el azul. Con ese cambio, sus pinturas ganaron en viveza.
La evolución de su enfermedad se puede ver especialmente en sus pinturas del puente japonés de su casa de Giverny. Cuando lo inmortalizó por primera vez en 1900 se aprecia bien el contorno. Pero en su versión en 1918 las formas de la construcción están completamente difuminadas.

La pintura puente japonés de 1922.


Cuando empezó a envejecer, Van Gogh también sufrió xantopsia por eso el color amarillo es el predominante de sus obras entre los años 1888 y 1889. Algunas de las más conocidas de esta etapa son Los girasoles, Campo de trigo al sol con segador, La arlesiana o Dr. Gachet.

Esta alteración se observa en ocasiones en personas con cataratas en estadios tempranos, con coriorretinitis (inflamación de la retina y coroides) o con ictericia. También puede ocurrir en casos de intoxicación por santonina o como un efecto secundario de la digitálica, la terapia basada en medicamentos que se utilizan para tratar ciertas afecciones cardíacas.
Algunos expertos apuntan a que en el caso del pintor holandés, esta patología se debía al tratamiento con la planta Digitalis purpurea que seguía. Pero además, se cree que otro de los problemas de visión que tenía era el síndrome de Posner-Schlossman, también denominado crisis glaucomatociclíticas, que provoca un oscurecimiento de la córnea que le hacía ver halos circulares alrededor de los puntos de luz.

Los girasoles.


En el caso de Degas, sus problemas visuales le hicieron centrarse en la temática del ballet y el teatro. El francés sufrió una degeneración macular a los 36 años, una enfermedad que le provocaba inflamación en la mácula (una capa amarillenta de tejido sensible a la luz ubicada en la parte posterior del ojo) y le incrementó la sensibilidad a la luz potente por lo que debió empezar a recluirse en los interiores para pintar.

Precisamente, gracias a eso la danza y el ballet son las temáticas que plasmó en su obra y por las que a día de hoy se lo conoce en todo el mundo. La enfermedad avanzó hasta que afectó a la pérdida de la definición de la mirada, por eso no podía ver bien los detalles y empezó a pintar bailarines de espaldas para no dibujar sus rostros.

La clase de ballet.


El caso particular de Matisse

El francés Henri Émile Benoît Matisse también tuvo problemas de salud, pero del intestino, debido a los cuales llevó a cabo sus últimas obras sentado en una silla. Le diagnosticaron una enteritis que empeoró con el paso del tiempo. El 2 de enero de 1941 fue operado en Lyon por una obstrucción intestinal y durante su postoperatorio sufrió infecciones en la herida que lo dejaron postrado en la cama durante meses. A raíz de esa situación empezó a pintar con un palo extensible y a realizar collages con piezas de papel.

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