Entre 1880 y 1915, la red ferroviaria argentina pasó de tener 1388 millas (2234 kilómetros) a 22 251 millas (35 809 kilómetros) de longitud, lo que la convirtió en la más larga del continente de América del Sur y la octava más larga del mundo. Los ferrocarriles tuvieron un papel clave en el desarrollo económico y la consolidación nacional e hicieron posible la aparición de la Argentina como importante exportador de trigo, carne de res y otros productos. Los ferrocarriles más importantes pertenecían a empresas británicas, las que los construían y a las cuales el gobierno argentino les daba la concesión por su experiencia técnica y su capacidad para recaudar grandes sumas de dinero en el mercado de Londres para financiar la construcción. Este mapa de 1911, publicado por la Compañía Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (de Buenos Aires y Londres), muestra las principales líneas ferroviarias del país. Los mapas en recuadros muestran las redes más densas en las regiones de Buenos Aires, Men