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A este lienzo se debe la acuñación del término <impresionista>.  Se exhibió en la primera exposición organizada por la sociedad de pintores, escultores y grabadores,  que se celebró en 1874. Monet era uno de los miembros fundadores de dicha sociedad, que surgió con el deseo expresó de acabar con el yugo artístico del salón. Uno de los críticos que asistieron a la exposición, Monsieur Louis Leroy, publicó en Le charivari un artículo hoy famoso, en el que empleó el término <Impresionista> inspirándose en el título de esa obra. A pesar de que Leloy utilizó la palabra en son de mofa, el grupo decidió hacerla suya, y pintores como Renoir o Degas se sentían orgullosos de que los llamaran impresionistas. El impresionismo consiste en plasmar en el lienzo los efectos de la luz y color que se dan en un momento efímero, por lo general con colores puros aplicados con pinceladas cortas muy juntas, en lugar de con colores mezclado.  Pero irónico que parezca, Impresion: sol naciente no es

Esta obra es una de las primeras creaciones del artista. Claude Monet inició su carrera como caricaturista, especialidad con la que cosechó éxito de ámbito local hacia 1856. La intención que se esconde detrás de estos dibujos es la de realzar, de manera satírica y normalmente poco favorecedora, los atributos físicos de ciertas personas, a menudo sus profesores. En vivo de Burdeos logra dicho propósito al dibujar la cabeza distorsionada de un hombre saliendo de una botella de vino. Su rostro parece el de un payaso de mofletes sonrosados, amplia sonrisa y mechones de pelo blanco encrespado a ambos lados de la frente. Monet empleó recursos similares en otras caricaturas, como Dandy au Cigare (o (hacia 1857-1858) o Petit Panthéon (hacia 1857-1870).      A los 17 años, el joven artista ya cobraba por sus trabajos. Vino de Burdeos data del mismo año en que murió su madre. Entre 1855 y 1857, Monet abandonó los estudios para perseguir su objetivo de hacerse pintor. Sus hábiles caricaturas satí

Este cuadro es único en el marco de la obra de Monet por muchos motivos. De entrada, la escena se contempla desde la playa y no desde cierta altura como es habitual en las creaciones del artista. Y llama aún más la atención la apariencia de las figuras, situadas casi en frente del espectador, ya que lo habitual en los cuadros del artista es que los personajes carezcan de cualquier rasgo distintivo y sean meras siluetas de color. También constituye un elemento innovador la atención al detalle. En la arena se dibujan guijarros, y el color del agua y de la arena varía según su profundidad. Las barcas también están trazadas más minuciosamente que de costumbre, al igual que los edificios lejanos, y las nubes hacen gala de un realismo tremendo.  Uno de los rasgos más acertados de esta pintura es su composición. A pesar de que el lienzo parece bullir de actividad por las muchas embarcaciones que se ven aquí y allá y por la interacción de los tres hombres que están de pie junto a una barca var