Salvador Dalí, el excéntrico pintor catalán que encarnó el surrealismo en su propia vida. Desde temprano, Dalí se autodefinió como un genio y se autoprogramó para vivir una vida de genio, tanto en el cliché como en la imaginación creativa. Según el escultor Xavier Corbero, gran amigo de Dalí, Gala, su gran cómplice, era la que alimentaba y ordenaba el personaje de Dalí, también un gran éxito comercial. Dalí, quien también se definía como una fiesta permanente, creía en vivir excesivamente y gustaba de cenar champagne y caviar e invitar a decenas de personas --y, de alguna manera, lograr que alguien más pagara (en una ocasión incluso parece haber vendido un pelo de su bigote a Yoko Ono en 10 mil dólares , que en realidad era pasto, ya que Dalí temía la habilidad brujeril de Ono). Otro de los grandes amigos de Dalí, Antoni Pitxot, ha recopilado una serie de anécdotas sobre el personaje que era Dalí. A continuación 10 de estas extrañas historias y una más, la primera, contada por C