Volar nunca está de más, si no de menos, siempre que se vuele con los pies en el suelo y la mente en las nubes. 😌
El Universo tiene espacio suficiente para albergar las alas que arriesgan a desplegarse y crear huracanes en el vaivén de su aleteo.
Acariciar los sueños en el regazo de las ilusiones es síntoma de que se está dando cobijo a aquello que nos aporta, aquello que suma... que NOS suma.
Esos espacios temporales en los que crecemos sin percatarnos de la belleza de esa indolencia que fortalece, esa indiferencia que hiere. Ese abismo en el que nos vadeamos mucho y nos rozamos poco.
Uno determina a qué altura volar y cuánto extender sus alas, pero nunca determinamos cuándo el Universo decide conspirar ni cómo controlarlo... no, eso no.
Bendita inocencia quien crea que conspirar contra lo evidente, lo hará dueño de contradecir lo que siente.
El Universo tiene espacio suficiente para albergar las alas que arriesgan a desplegarse y crear huracanes en el vaivén de su aleteo.
Acariciar los sueños en el regazo de las ilusiones es síntoma de que se está dando cobijo a aquello que nos aporta, aquello que suma... que NOS suma.
Esos espacios temporales en los que crecemos sin percatarnos de la belleza de esa indolencia que fortalece, esa indiferencia que hiere. Ese abismo en el que nos vadeamos mucho y nos rozamos poco.
Uno determina a qué altura volar y cuánto extender sus alas, pero nunca determinamos cuándo el Universo decide conspirar ni cómo controlarlo... no, eso no.
Bendita inocencia quien crea que conspirar contra lo evidente, lo hará dueño de contradecir lo que siente.
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